Este mes de agosto hemos tenido el gusto de compartir uno de nuestros tours con un magnífico grupo.
Viajar en grupo es muy divertido, pero no siempre sale bien porqué depende de la tipología de gente con la que coincidas. Nosotros hemos tenido siempre mucha suerte, pero lo de este verano era un reto: venían gentes de distintos lugares, distintas edades, algunas con dudas por los comentarios del entorno… Pero la característica principal de nuestros compis de viaje ha sido la valentía. Fueron valientes, dejaron atrás toda opinión, y confiaron en nosotros para compartir experiencias de un viaje, que muchas hacía mucho que tenían en mente.
Y para nosotros también ha sido una gran experiencia, ya que en esta ocasión Miriam nos ha podido acompañar como guía y consejera, no siempre se da esa circunstancia. Con lo que el grupo ha contado con la experiencia de un auténtico bereber y la visión y historias de una experimentada viajera. Ahora nos une a todos los maravillosos recuerdos de estos días de convivencia y el amor por Marruecos.
De Norte a Sur, nos recorrimos Marruecos.
Empezamos en Tánger, visitamos Chaouen y Fez. Seguimos al sur para conocer las dunas de Merzouga y vivir la experiencia de dormir en el desierto. Y terminamos en Ouarzazate y Marrakech.
En este recorrido visitamos los lugares más emblemáticos, y porqué no decirlo, más visitados o turísticos de Marruecos. Pero por algún motivo los son. Aún así, intentamos transmitirles y compartir con nuestros viajeros conocimientos y vivencias de la cultura local. Coincidió que agosto es un mes de bodas en el sur bereber, así que nos permitieron ver unas novias. También pudimos comer en una casa de una familia, probar la pizza bereber casera riquísima, reirnos con el nene de la casa que tiene 3 años, ella misma nos preparó la henna y les hizo el tatuaje a las chicas… Experimentar la hospitalidad bereber es uno de los placeres de Marruecos.
Hubo también tiempo para refrescarnos en la piscina del riad, a pie de dunas, qué lujazo!!! Y como guinda a unos días estupendos en el desierto, hicimos una excursión en quad por las dunas. Una experiencia que nuestras viajeras no olvidarán!
Con tanto exotismo, no vamos a olvidarnos de las visitas en las ciudades, sus monumentos, los laberintos de las medinas, las compras y regateos en los zocos, comer esa deliciosa gastronomía, comprar cosméticos, alojarnos en esos estupendos riads (de los que nunca hablamos, pero un día prometo dedicarle un post, para que confiéis todavía más en nosotros).

En fin, todas las vacaciones deberían tener estos ingredientes… Sobretodo, el de la buena compañía. Besos chic@s, esperamos veros pronto, Toñi, Jiji, Nuria, Sara, Víctor y Regina.